“Eso de ser una sex symbol es de locos, no me veo para nada como algo así, no me veo sexy de ninguna manera. Creo que tengo que empezar a quitármelo de la cabeza, porque cada vez que lo pienso me produce náuseas“, reconoció al periódico británico The Sun.
“Siempre he odiado ir de compras. Mi madre solía llevarme a TK Maxxy casi moría de aburrimiento. Cuando empecé a ser conocida, siempre me ponía ropa que no me gustaba demasiado, pero era gratis y era una manera de no tener que ir de compras, por lo que me pasé años vistiendo prendas que ni siquiera me gustaban. Pero luego tuve que tragarme mis palabras, porque fui de compras hace poco, y la verdad es que me gustó. Ahora me suele gustar mirar ropa“, añadió.
De igual manera, la estadounidense cree “ridículo” que recién llegados a Hollywood como ella sean tildados de estrellas.
“Es bastante ridículo, no me veo como una estrella para nada. Conocí hace poco a un chico que ni siquiera es famoso, solo sale en un anuncio en televisión, y me puso tan nerviosa que casi sufrí un infarto”